El BCE y la FED son los responsables de subir o bajar los tipos de interés para controlar la inflación. Es difícil y complejo conseguir el punto de equilibrio que garantice el crecimiento económico con el menor sufrimiento de las familias.
Al presidente Biden le ha costado caro el acuerdo con el Congreso, de mayoría republicana, para aumentar el techo de gasto: se ha caído su programa estrella de ayuda a los deudores de créditos estudiantiles.
La quiebra de dos bancos estadounidenses y la crisis de confianza de Credit Suisse no han sido razones suficientes para que el BCE se aleje de la senda de subida de tipos iniciada hace ya casi un año para contener la inflación en la zona euro.
Faltan datos, pero asombraría que la quiebra del SVB haya podido deberse a una mala gestión de activos y pasivos cuando, en el ‘a-e-i-o-u’ de la gestión bancaria, es una de las enseñanzas básicas.
Puede que la razón principal de la caída de Silicon Valley Bank haya sido financiar con los depósitos de sus ahorradores (dinero ‘a corto’) inversiones a largo plazo. La pérdida de confianza de sus clientes hizo el resto.
Hace un año el autor mostraba su preocupación por la subida en los precios (que en septiembre de 2021 fue del 5,5%). La tormenta que se avistaba en el horizonte va tomando forma de estanflación: inflación sin crecimiento.
A partir del impacto en los mercados financieros estadounidenses de los anuncios de subidas de tipos hechos por la Reserva Federal a lo largo de 2022, los autores explican qué es la volatilidad y cómo reaccionan los inversores ante la incertidumbre.
Se esperaba que 2022 fuera el año de la completa recuperación económica, pero la importante subida de precios del último año ha obligado al BCE a subir los tipos de interés. Y en Estados Unidos, más de lo mismo. Y ya se habla de recesión.
El crecimiento de la inflación ha hecho que EE. UU. haya subido los tipos de interés por primera vez en 22 años y que Europa se prepare para hacerlo. Pero las causas de la subida de precios son distintas y también lo pueden ser las consecuencias del aumento en los tipos.
El nombramiento de Janet Yellen como Secretaria del Tesoro la colocará al mando de la economía estadounidense. Desde ese puesto deberá enfrentar la crisis provocada por la covid-19.
Un dólar débil favorecerá las exportaciones de EE.UU., lo que tenderá a reducir el desequilibrio comercial estadounidense. Algo muy necesario para la economía norteamericana.
Un euro fuerte aleja el riesgo de inflación pero esconde peligrosas trampas: los productos de la zona euro se encarecen frente a los estadounidenses, perjudicando así a los exportadores europeos.
Profesor asociado del Departamento de Historia Económica, Instituciones, Política y Economía Mundial de la Universidad de Barcelona, Universitat de Barcelona