La clausura de centrales nucleares, que no son emisoras de gases invernadero, implica que los países deben recurrir a otras fuentes de energía. La invasión de Ucrania por Rusia, y otras circunstancias, está llevando el precio de la energía a valores estratosféricos y puede acabar en un grave problema de desabastecimiento, con una deriva impredecible.
Manifestación de apoyo a Ucrania en Tiflis, la capital georgiana, el 1 de marzo de 2022.
Vano Shlamov / AFP
Sophie Marineau, Université catholique de Louvain (UCLouvain)
La invasión rusa de Ucrania con el pretexto de ayudar a las repúblicas separatistas de Donbass recuerda inevitablemente a la guerra de 2008 en Georgia.
Imágenes aéreas de la explosión de dos bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki lanzadas por Estados Unidos el 6 y el 9 de agosto de 1945 respectivamente.
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Los modelos del clima permiten simular las repercusiones de las emisiones a la atmósfera por una guerra nuclear, que bloquearía la radiación solar, y tendría dramáticas consecuencias para la producción de alimentos.
La cobertura de la guerra iniciada por Rusia contra Ucrania el pasado 24 de febrero nos muestra la oposición entre el periodismo libre y comprometido y la desinformación que presenta Rusia.
Zona residencial de Kiev atacada por un aviones rusos el 25 de febrero de 2022.
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¿Qué caracteriza a una guerra del siglo XXI? ¿Qué busca Putin? ¿Cuál ha sido la relación histórica de Rusia y Ucrania? ¿Cuál es el papel de China en el conflicto? Ruth Ferrero Turrión, experta en Europa del Este, aborda estas cuestiones.
Estos son los monumentos que el mundo puede perder debido a la guerra de Putin.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, durante la ceremonia de entrega del trofeo de Campeón de la Copa del Mundo de Fútbol en Moscú, el 15 de julio de 2018.
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Con el ataque de Rusia a Ucrania ha quedado al descubierto el peligro que supone para el deporte, cuyo principal activo es su imagen ligada a valores positivos, vincularse o servir de plataforma a régimenes totalitarios.
Escena de la escalera de Odesa en ‘El acorazado Potemkin’.
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La información en medios y redes sociales es un arma más en la guerra desatada en Ucrania con la invasión rusa. Por primera vez, la UE y las compañías tecnológicas han intervenido bloqueando medios rusos.
No se puede ir a la guerra sin una economía fuerte que la respalde. Con las sanciones económicas a Rusia se busca privarla de los recursos económicos que necesita para hacer funcionar su economía y, a la vez, financiar la guerra contra Ucrania.
El ataque de Rusia a Ucrania evidencia que la desprotección que sentimos sería aún mayor sin un conjunto de normas basadas en el multilateralismo, el entendimiento, el diálogo, la tolerancia y la lucha contra el abuso de poder.
Cosechadoras en Ucrania.
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El riesgo de que Ucrania, pero también los países europeos y Estados Unidos, sufran ciberataques por parte de Rusia o de grupos afines a su causa es elevado.
Los tanques de petróleo se llenan en el petrolero ruso Mendeleev Prospect en Primorsk, en el Mar Báltico.
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La mitad del crudo exportado por el país se envía a países europeos.
El patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kirill, en el centro, asiste a la ceremonia de consagración de la Catedral de las Fuerzas Armadas de Rusia en las afueras de Moscú.
Andrey Rusov, Defense Ministry Press Service via AP
Para entender la guerra de Rusia en Ucrania, hay que fijarse en la mezcla de nacionalismo religioso y militarista bajo el mandato de Putin, que se manifiesta plenamente en la nueva Iglesia de las Fuerzas Armadas rusas.
En un mundo globalizado y digital las fronteras desaparecen y la guerra encuentra otros campos de batalla, como los medios de comunicación, las redes sociales, las leyes y la economía.
El presidente ruso puede ser muchas cosas, pero en ningún caso se comporta de forma errática o perturbada, sino, más bien al contrario, toda su biografía sigue un patrón lineal y coherente. Así lo señala un experto en patologías psicológicas.