La mediación es el esfuerzo facilitador de la comunicación que realizan habitualmente los intérpretes. Aplicado al aula de idiomas tiene mucho potencial para mejorar el aprendizaje.
Saludar es un acto lingüístico en el que intervienen normas de cortesía y otros factores culturales y sociales que hace que a la hora de aprender otros idiomas la pragmática sea importante.
Monumento a Quevedo en Madrid.
Luis García/Wikimedia Commons
Quevedo es conocido por su faceta poética y prosística, pero una de las labores que ejerció a lo largo de su vida, y que influyó en su escritura, fue la de traductor.
Quienes se dedican a la interpretación simultánea desarrollan una memoria de trabajo prodigiosa que les permite comprender un idioma, reformular el mensaje y pronunciar en otro idioma, todo a la vez.
Recientemente, el presidente del gobierno Pedro Sánchez ha pedido que el catalán, el gallego y el euskera sean reconocidos como lenguas oficiales de la UE. ¿Es esto posible?
Marcos Cánovas, Universitat de Vic – Universitat Central de Catalunya
Que las nuevas tecnologías puedan generar textos funcionales correctos y útiles obliga a incorporar la dimensión de la ‘posedición’, imprescindible, en la formación de traductores y redactores.
Annie Ernaux en el 30º Salón del Libro de Brive-la-Gaillarde.
Lucas_Destrem/Wikimedia Commons
Samuel Butler propuso a finales del siglo XIX la autoría femenina de la Odisea, tesis polémica en su tiempo… ¡y ahora!
Mapa de Rhovanion, región de la Tierra Media que aparece en las novelas de Tolkien novelas El hobbit y El Señor de los Anillos, y es mencionada en El Silmarillion.
Wikimedia Commons / Severuksen
La Tierra Media fue tanto una creación literaria como lingüística. Tolkien supervisó cuidadosamente las traducciones porque cada idea partía de una palabra, con una etimología precisa.
Fotografía de la primera edición del Ulises en inglés.
Geoffrey Barker / Wikimedia Commons
El ‘Ulises’ de James Joyce cumple 100 años pero… ¿cómo lo hemos leído en español? ¿Quiénes se han hecho cargo de la traducción de semejante reto literario?
Entender las diferencias entre entonaciones de unos idiomas a otros es fundamental para una verdadera convivencia multicultural en las ciudades contemporáneas.
Ver películas en el idioma original es un fantástico método de aprendizaje de una lengua extranjera. La forma en la que vemos traducido el cine y, sobre todo, la televisión está intrínsecamente relacionada con la competencia lingüística de segundas lenguas que tenemos los hablantes.
Es posible competir con Google Translate y DeepL creando nuestros propios sistemas neuronales de traducción. Es imprescindible tener las herramientas adecuadas y tiempo para entrenarlos.
La poeta Amanda Gorman recitando un poema en la Library of Congress (EE.UU.), en septiembre de 2017.
Flickr / GPA Photo Archive
Traducir obras literarias es complejo. Quien traduce necesita tener en cuenta el contexto, pero no necesariamente compartir experiencia vital con los autores.
Imagen microscópica de penicilina, cuyo descubrimiento por serendipia se atribuye al científico británico Alexander Fleming.
Wikimedia Commons / Y_tambe
De origen inglés, no es exactamente casualidad ni chiripa. Es el descubrimiento de algo valioso de manera fortuita, idea nacida en una antigua fábula persa.
Las adaptaciones siempre han sido una constante de la producción cultural. Pese a ello, son denostadas a menudo como malas copias. Desmontamos cuatro “mitos” sobre la práctica de adaptar historias.
Cada lengua tiene un vocabulario particular que está íntimamente relacionado con la cultura, e incluso, la manera de pensar, de sus hablantes. Desengaño o desparpajo son intrínsecamente españolas.
La literatura universal no sería universal sin la labor de los traductores. En la historia, contamos con ejemplos de autores que los odiaban y otros, como Ferrante, conscientes de su importancia y de su papel creativo.
Estatua de Federico García Lorca en la Plaza de Santa Ana de Madrid, junto al Teatro Español y la Cervecería Alemana.
Shutterstock / Vivvi Smak
Los textos poéticos son un verdadero desafío para los traductores. Las obras de García Lorca, por ejemplo, solo se han conocido en alemán en traducciones plagadas de errores que han sido las únicas disponibles durante décadas.
Los traductores automáticos actuales, basados en redes neuronales, todavía no son perfectos: necesitan de la supervisión humana para producir traducciones de alta calidad.